GUARDIANES DE MARÍA
UNA MILICIA AL SERVICIO DE MARÍA EN ESTOS ÚLTIMOS TIEMPOS

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LIBRO AZUL   ( 4ª Edición Latinoamericana_2000 )







- Mensajes de la Santísima Virgen María -       Parte 2      1  3       JPG_GM
 


1984     OS PIDO A TODOS LA CONSAGRACIÓN

21 de enero de 1984    p.519
   ¡Cuántas dificultades ha encontrado “Mi Libro”, pero cuánto bien ha hecho en todas las partes del mundo, traducido ya a tantas lenguas! ¿Cómo debe ser leído este libro? Con la simplicidad de un niño que escucha a la madre. Él no pregunta por qué habla, o cómo habla, o adónde lo conduce con sus palabras. La ama y la escucha; hace todo lo que le dice. Entonces el niño es feliz, porque se siente así guiado e iluminado por la madre, y conducido por ella y formado por sus palabras, cada día crece en la vida. Así debe ser para vosotros. Leedlo con sencillez, sin plantearos tantos problemas: cómo hablo, por qué hablo, dónde hablo. Si estáis consagrados a Mí, Yo os tomo como sois, con vuestras limitaciones, con vuestros defectos y pecados, con vuestra fragilidad; pero luego, cada día, os voy transformando para conduciros a ser según el designio que Dios ha confiado a mi Corazón Inmaculado. ¿Qué digo en este Mi Libro? Trazo un camino sencillo y bello, pero difícil, (¡oh, cuán difícil!), que es necesario recorrer, si queréis vivir la consagración. Os digo las cosas, que más llevo en el corazón, porque son las mismas que Jesús os ha dicho en el Evangelio, que hoy debe ser vivido con la sencillez de los pequeños, con el ardor de los mártires, con la fidelidad de valerosos testigos: debe ser vivido a la letra. Así pues, os llamo a la oración, a la penitencia, a la mortificación, a la práctica de las virtudes, a la confianza, a la esperanza, al ejercicio de una caridad cada vez más perfecta.
 
24 de enero de 1984    p.521
   Cada una de mis estatuas es signo de mi presencia, y os recuerda a vuestra Madre Celeste; por esto debe ser honrada y colocada en los lugares de mayor veneración. Como miráis con amor la fotografía de una persona querida, porque os transmite su recuerdo y figura, así debéis mirar con amor toda imagen de vuestra Madre Celeste, porque os transmite su recuerdo: más aún, se hace signo de una particular presencia entre vosotros.  Con el signo que so doy de mis ojos, os quiero dar a entender que vuestra Madre Celeste, nunca como en los tiempos presentes, os mira con sus ojos misericordiosos. Ella no está alejada de vosotros: conoce todas las dificultades en que os encontráis.  Con el signo que os doy con el color de mi rostro, os quiero indicar que soy la Madre de todos, y que participo también hoy en todas vuestras necesidades, y me alegro con vuestras alegrías; pero sufro con vuestros numerosos sufrimientos. Cuando una madre está contenta, veis cómo su rostro se arrebola; cuando está preocupada, veis cómo su rostro palidece. Cuando sufrís, Yo sufro; cuando os alegráis, Yo me alegro.  Con el signo que os doy del perfume que emano más o menos fuerte, os quiero indicar que Yo estoy siempre entre vosotros, pero especialmente cuando tenéis más necesidad de ello. Si no percibís el perfume, o lo advertís de manera muy leve, no es porque Yo no os ame o seáis malos.  Mirad mis ojos misericordiosos, que derraman lágrimas de dolor y de compasión. En tantas partes Yo doy este signo, haciendo que mis ojos viertan copiosas lágrimas, hasta de sangre. Signo perfumado de mi materna presencia son las apariciones que realizo aún en muchas regiones de la Tierra.
 
28 de enero de 1984    p.524
   En vuestra vida, todo os viene dispuesto, en cada detalle, por la Providencia de Dios Padre y vuestra Madre Celeste; los momentos de sufrimiento, los de las pruebas espirituales y de dificultades interiores; los momentos de alegría y de consuelo. Todo es don de Dios para vosotros, que Jesús otorga a través del Corazón Inmaculado de vuestra Madre Celeste. Por esto es también un don mío. Caminad siempre unidos, tomados de la mano como tantos hermanitos, orando juntos, amando juntos, gozando y sufriendo juntos, porque ya desde ahora os he revelado mi designio, que debe realizarse en una perfecta unidad. Don particularísimo, es también el libro que contiene mis mensajes. En mi libro está ya revelado lo que vosotros debéis conocer. Si lo sabéis leer, está todo mi designio en su preparación, en su dolorosa realización, en su luminoso y victorioso cumplimiento. Leedlo, hijos míos predilectos, meditadlo, vividlo. No tengáis dudas: Yo os hablo. Comprenderéis solo mañana el valor de éste mi materno mensaje. Don de mi Corazón Inmaculado para la Iglesia es mi Movimiento: él es sólo obra mía. Todo lo que os he dicho se realizará a la letra: la Iglesia comprenderá cada vez mejor cómo el Movimiento Sacerdotal Mariano es un don de mi Corazón Inmaculado. Pero, sobre todo, don de mi Corazón Inmaculado será el Nuevo Pentecostés.
 
25 de marzo de 1984    p.531
   Contemplad el momento inefable de la Anunciación cuando el Arcángel Gabriel, enviado por Dios, recibe mi “” para realizar el eterno designio de Redención, y el gran misterio de la Encarnación del Verbo en mi seno virginal, y comprenderéis entonces el porque os pido consagraros a mi Corazón Inmaculado. La pido, ante todo al Papa Juan Pablo II, mi primer hijo predilecto, que con ocasión de esta fiesta, la realiza de manera solemne, después de haber escrito a los Obispos del mundo para que la hagan en unión con Él. Por desgracia la invitación no ha sido acogida por todos los Obispos. Bendigo ese valeroso acto de “mi” Papa, que ha querido consagrar el mundo y todas las naciones a mi Corazón Inmaculado; lo acojo con amor y gratitud y, por él, prometo intervenir para abreviar mucho las horas de purificación y para hacer menos dura la prueba. Ésta es la hora en que toda la Iglesia se debe recoger en el seguro refugio de mi Corazón Inmaculado.  ¿Por qué os pido la consagración? Cuando se consagra una cosa, se la sustrae a todo otro uso profano para destinarla sólo al uso sagrado. Así sucede con un objeto cuando se le destina al culto divino. El hecho que caracteriza el acto de la consagración, es su totalidad: cuando os consagráis, desde ese instante lo estáis enteramente y para siempre. Cuando os pido la consagración a mi Corazón Inmaculado, es para haceros comprender que debéis entregaros completamente a Mí, de manera total y perenne, para que pueda disponer de vosotros según la voluntad de Dios.  ¿Cómo debéis vivir vuestra consagración? Hijos predilectos, llamados a imitar en todo a Jesús, imitadlo también en esta su total entrega a la Madre Celeste.
 
13 de mayo de 1984    p.537
   Comunico a todos mi voluntad materna con un mensaje que hoy se ha vuelto más urgente y angustioso: Convertíos y arrepentíos de vuestros pecados. Convertíos y volved a Dios, que os salva. Convertíos y caminad por la senda del bien, del amor y de la santidad. Orad más, orad con el Santo Rosario, orad en Cenáculos entre vosotros, orad sobre todo en familia. Mortificaos con la penitencia y el ayuno corporal. El ayuno que Yo prefiero es el de abstenerse del mal y del pecado. No miréis espectáculos televisivos que os corrompen en vuestra interior castidad e introducen en el alma tanta disipación, sembrando en el corazón gérmenes del mal. “Cierta clase de demonios sólo se pueden arrojar con la oración y el ayuno.” Consagraos continuamente a mi Corazón Inmaculado y vivid en cotidiana comunión de vida y amor Conmigo. Soy la Madre de la Fe, soy la Virgen fiel, y hoy debéis pedir mi auxilio para poder permanecer en la verdadera Fe. Recitad con frecuencia el Credo.
 
15 de agosto de 1984    p.543
   Caminad a la luz de la Fe. Caminad a la luz de la Gracia. Caminad a la luz del Amor. En estos tiempos, el odio y el egoísmo desenfrenado, se extienden por todas partes de manera cada vez más peligrosa. ¡Qué difícil se hace hoy comprenderse, cuánto cuesta vivir en la comprensión y en el mutuo entendimiento! Entonces os pido que permanezcáis siempre en mi paz, que os hagáis instrumentos de paz con todos. Por esto os invito, con dulce severidad al silencio.
 
30 de agosto de 1984    p.545
   Soy la Madre de la Fe, Soy la Virgen fiel. Os quiero obtener del Espíritu Santo el don de vuestra transformación espiritual que os conduzca a ser hoy valerosos testigos. Sed testigos de fe. Conservad en la verdadera Fe a todos los que os han sido confiados. Sed testigos de la verdadera devoción hacia Mí. Os toca ahora a vosotros la misión de hacerme resplandecer aún en vuestro camino. Reunid a los fieles en torno vuestro a rezar el Santo Rosario, a meditar mis mensajes, a renovar y a vivir la consagración a mi Corazón Inmaculado. ¡Ánimo! Partid de este Cenáculo con mi bendición materna. En los momentos de mayor peligro, Yo seré vuestra defensa y protección. Se os ahorrarán muchos males en razón de vuestra respuesta, tan generosa y ferviente a consagraros a Mí y a caminar Conmigo.
 
24 de octubre de 1984    p.552
   Yo os he formado para difundir la Luz de Cristo, de su Verdad, de su Evangelio en estos días de oscuridad y de tinieblas. Vosotros sois llamados a ser mis apóstoles en los difíciles tiempos que estáis viviendo. Haced que triunfe el amor y la bondad. Combatid, mis predilectos, con la oración. Se obtiene más con un día de intensa oración que con años de continuas discusiones. Orad con fe y confianza; con recogimiento y perseverancia. Multiplicad por todas partes los Cenáculos de oración y fraternidad. Entregadme todos vuestros sufrimientos. Mi Adversario os seduce con el veneno del neopaganismo, y con una inmoralidad que cada vez se propaga más. La paz de Jesús y la Mía estén siempre con vosotros. Vivid en la paz de los corazones. Difundid a vuestro alrededor la paz. Soy la Reina de la Paz. Soy la Madre de la Consolación.
 
09 de noviembre de 1984    p.555
   En estos años os he formado como Madre a través de mis Mensajes. Son muchas las palabras de Sabiduría, que he hecho descender de mi Corazón Inmaculado para formaros según mi designio. Mis Mensajes trazan, ante todo, un camino sencillo, luminoso, que os he señalado y que debéis recorrer cada día, para vivir la consagración, para madurar cada vez más y prepararos a realizar el plan que os he trazado. Si algunos de vosotros, después de haberse consagrado a Mí, se han detenido, ha sido porque no escuchan ya, ni meditan, ni viven mis mensajes. ¡Oh!, después de mi triunfo, estos serán luz para toda la Iglesia; entonces se comprenderá todo lo que Yo he hecho en estos años por vosotros. Si vivís todo lo que os he indicado y recorréis el camino que os he trazado, realizaréis el gran designio del triunfo de mi Corazón Inmaculado. De lo contrario os detendrán las dudas, el desaliento, las dificultades, la oposición que encontráis. Os detendréis.  En 1917 lo anticipé en Fátima, casi como anuncio profético, en el momento en que parecía evidente la gran lucha entre la, “Mujer vestida del Sol” y el “Dragón rojo”, que habría de durar durante todo el siglo, como soberbio desafío a Dios por parte de mi Adversario, en la certeza de que lograría destruir la Iglesia, y llevaría a toda la humanidad a un universal rechazo a Dios. Ahora que llegáis a los años más dolorosos y sangrientos de esta terrible lucha, he intervenido personalmente para formarme mi ejército a través del Movimiento Sacerdotal Mariano, que es obra Mía. Por consiguiente no temas, hijo, las dificultades que encuentras cuando te parece que algún instrumento elegido por Mí, engañado por Satanás, ya se niega a corresponder a mi designio. Ten confianza en Mí: Yo sola soy la Capitana de mi ejército; Yo sola soy la Madre y Reina de mi Movimiento. Utilizo los instrumentos que me responden; escojo a otros, cuando no me responden ya los que elegí.
 
08 de diciembre de 1984    p.560
   La Voluntad de Dios: ¡ahí es donde se realiza, también para vosotros, vuestra santificación!. Sea la Palabra de Dios el alimento cotidiano con que nutráis vuestro espíritu. Buscad esta Palabra en el sagrado libro de la divina Escritura, saboread toda su belleza en el Evangelio de mi Hijo Jesús. Yo os conduzco a comprender más profundamente el secreto de la divina Escritura, para que podáis penetrarla, gozarla, custodiarla y vivirla. La voluntad de Dios la realizáis sólo cuando seguís, con amor y con completa confianza, a mi hijo Jesús. Cuando os sucede todavía el caer en pecado, su misericordia os libera y, en el Sacramento de la Reconciliación, os reintegra a la vida de la gracia y a la íntima unión con Él. Cuando el desaliento prenda en vosotros, la unión con Él, que se establece en la oración, y muy especialmente en la Eucaristía, os da fuerza, introduce en vosotros nuevas energías de bien.
 
24 de diciembre de 1984    p.562
   El tener que abandonar la casa de Nazaret, preparada con tanto cariño; el fatigoso caminar hasta Belén, en mi estado de ya inmediata maternidad; la inseguridad de lo que nos aguardaba; el rechazo de hospedarnos en una casa; el mísero refugio de una gélida Gruta: eran otras tantas espinas que atravesaban mi Corazón de Madre. Pero comprendía que el Padre me pedía estos sufrimientos para preparar una cuna más preciosa a mi Niño que estaba para nacer. Ahora os pido también a vosotros, hijos predilectos, oración y sufrimiento como personal colaboración para preparar una digna morada a Jesús que está a punto de retornar gloriosamente. Se os muestra más claro mi mensaje que os doy como Celeste Profetisa de los últimos tiempos. Preparaos al segundo Nacimiento de Jesús en gloria: Él, ya está a punto de llegar para reinar entre vosotros. El tiempo de los proyectos y las discusiones ha terminado. A quien quiere escuchar y entender, todo ha sido ya revelado. Los corazones de los hombres se han desecado por el odio y el pecado; la humanidad no quiere abrir las puertas a Cristo que viene. Se abran, entonces, las pobres grutas de vuestros corazones que, en la noche profunda, deben arder con la luz de una fe inquebrantable, de una esperanza segura y de una ardiente caridad. Y sufrid con paciencia y confianza. Los dolores deben aumentar para todos, cuanto más se acerca su nuevo nacimiento. Acogedlos, como ha hecho vuestra Madre Celeste. Caminad a la luz de la Estrella, que os indica que ha llegado ya el tiempo en que se verifican los anuncios proféticos que, durante estos años, se os han dado.



1985     SOY EL INICIO DE LOS TIEMPOS NUEVOS

09 de febrero de 1985    p.572
   La Madre Celeste os consuela y os alienta, os forma y os guía, os fortalece y os confirma a través de la palabra que os ofrece para indicaros el camino. ¡Oh, qué necesaria es hoy mi palabra materna para vosotros! Por esto la hago brotar de mi Corazón de forma cada vez más abundante. Sentid el profundo deseo de ella; acogedla con humildad y docilidad; meditadla en el corazón; actuadla en vuestra vida. Esta divina Palabra, contenida en la Sagrada Escritura y, sobre todo, en el Evangelio, es la sola Luz que os debe guiar. Pero hoy se encuentra eclipsada por muchas dudas, porque se la pretende interpretar según el modo humano de razonar y ver; no acabáis de comprenderlo plenamente, porque tomáis una actitud demasiado humana, que quiere comprender sólo a través de la razón. Ésta es una actitud soberbia, y es la menos indicada para acercaros al grande misterio de Dios. Quiero conduciros a ser como niños, porque sólo así os puedo hablar. En la oscuridad, que hoy ha descendido por doquier, mi palabra de Sabiduría es un rayo de purísima luz, que os indica el camino que hay que recorrer y la senda por la que debéis avanzar para permanecer siempre en la Verdad. Las tinieblas, como una niebla, densa y fría, han penetrado en la Iglesia, oscureciéndola en el esplendor de su Verdad. Ha llegado el tiempo en que sólo los niños, consagrados a mi Corazón, y confiados completamente a la Madre, tendrán el don de mantenerse íntegros a la fe, y de llevar a la verdadera fe a las almas a ellos confiadas. ¡Cuántos hijos míos son como árboles secos y sin vida; en la Iglesia, cuántos, aún entre mis predilectos, se han dejado prender por la aridez y el desaliento! Ellos continúan ejerciendo su ministerio, pero sin entusiasmo y sin alegría porque las dificultades los detienen y el peso enorme de la purificación, que estáis viviendo, los aplasta. Mi Palabra es, un manantial de gracias, para limpiaros hasta la más leve mancha de pecado, porque os quiero bellos, puros y luminosos, abiertos al don divino de la Gracia. Mis gracias os llegan a través del don de mi palabra. En el tremendo período final de la purificación, os preparo.
 
14 de febrero de 1985    p.576
   Yo soy la Madre de la pureza, el alba que pone fin a la noche, la Madre de la Gracia, que aleja de vosotros todo pecado. Yo soy la Madre toda hermosa: tota pulcra. Mi pureza es, ante todo una pureza de mente. ¡Oh!, mi inteligencia estuvo siempre orientada a buscar, a meditar, a custodiar, y a vivir la Voluntad del Señor. Su Palabra fue acogida por Mí con docilidad; siempre estuve atenta a comprenderla y a custodiarla en toda su integridad. Durante toda mi existencia, ni siquiera la sombra lejana de una duda o de un error desfloró jamás la integridad virginal de mi mente, abierta sólo a recibir el don de la divina Sabiduría. Esta pureza de mente ha sido el camino que me ha conducido a una más profunda pureza de corazón. Ningún corazón humano ha amado jamás, ni podrá jamás amar como lo ha hecho el de vuestra Madre Celeste. Se abrió como una flor, que abre sus pétalos para derramar a su alrededor candor, belleza y perfume de cielo. Por esto, Yo pude formar la carne y la sangre de Aquél, que es el Lirio de los valles, y que ama de modo singular a los puros de corazón. He sido también la más pura en el amar al prójimo. Después de Jesús, ninguna criatura ha podido amar a la humanidad como el Corazón de vuestra Madre. El alma se hace impura cuando la oscurece y empaña aún la más leve sombra de pecado. Un mínimo pecado venial afea su candor, desflora y aja su encanto de luz. He sido pura de cuerpo. Virgen antes del parto. Virgen durante el parto. Virgen después del parto. Sólo a los puros se revelan los misterios del Reino de Dios: a los puros de mente, a los puros de corazón, a los puros de alma, a los puros de cuerpo. Sobre la ciénaga maloliente y pútrida, a la que este mundo ha quedado reducido, vosotros seréis un espejo de pureza; en él, el mundo se mirará y lo ayudará a transformarse poco a poco en un nuevo jardín. Solamente así, hijos míos predilectos, podréis convertiros en los rayos de luz, que descienden de mi Corazón Inmaculado para iluminar el terrible tiempo de la purificación, que estáis viviendo, y para dar a todos el signo seguro de mi presencia y de mi victoria.
 
16 de marzo de 1985    p.580
   Os pido el ayuno corporal como medio para mortificar vuestros sentidos, para reparar el difundido engaño, con que hoy son seducidos tantos hijos míos, empujados a buscar su felicidad sólo en la plena satisfacción de los placeres sensibles y materiales. Con vuestro buen ejemplo debéis enseñar que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Os pido también el ayuno espiritual de toda forma de mal, para que os nutráis sólo del bien, de la Gracia y del amor. El alimento de la Palabra de Dios os nutre espiritualmente y fortalece vuestra existencia en la vida de la Gracia. Nutríos –os repito- con el precioso alimento de la Divina Escritura, sobre todo del Evangelio de Jesús. Por esto debéis prestar atención y rechazar todas las ideologías que son contrarias a vuestra Fe, y que contienen errores disimulados y peligrosos. Os pido el ayuno del corazón, cerrándolo al apego desordenado de vosotros mismos, a los bienes y a las criaturas. Os pido el ayuno del alma, teniéndola alejada de todo pecado, aún venial, de modo que se pueda nutrir sólo de la vida de la Gracia y de la Luz de Dios. Haced cada día vuestro examen de conciencia: dejaos conducir por el Espíritu Santo con docilidad. Si hacéis este ayuno que os pido, construiréis en torno a vosotros una fuerte barrera a la propagación del mal y del pecado, y ofreceréis al Señor un holocausto de inmolación y de reparación para obtener el retorno a Él de muchos pobre hijos míos pecadores. Os convertiréis así en los instrumentos de mi paz, difundiréis a vuestro alrededor la paz de los corazones, caminaréis por la senda que os ha trazado vuestra Madre Celeste.
 
05 de abril de 1985    p.584
   "Lleva cada día tu cruz y no te apartes de la Voluntad Divina. Tus heridas son las incomprensiones, las dudas, las perplejidades, los numerosos abandonos. Son verdaderas llagas del alma, que nadie ve, más preciosas que el oro, cuya sangre recojo siempre para regar el jardín de las almas áridas y sedientas de tus hermanos. Tu subida al Calvario es el camino que debes hacer por Mí, al avanzar solo y confiado en medio de tus muchos miedos y el orgulloso escepticismo de los que te rodean y no creen. El inmenso cansancio que sientes, aquel sentido de acabamiento que tanto te postra, es tu sed. Los azotes y las bofetadas son las asechanzas y las dolorosas tentaciones de mi Adversario. Los gritos de condena son las serpientes venenosas que obstaculizan tu camino y las espinas que punzan tu cuerpo frágil de niño, repetidamente azotado. El abandono al que te llamo es el amargo sabor de sentirte cada vez mas solo, alejado de amigos y discípulos, rechazado a veces, aun de tus más fervientes seguidores. Pero junto a ti está la Madre Dolorosa; vive a tu lado, con amor y confianza, tu dolorosa pasión que nadie logra ver, pero que cada día te consume, como victima inmolada por Mí. Tu muerte es tu profundo silencio, tu vida oculta, la humillación y marginación que siempre te pido. El seno virginal de tu Madre es el sepulcro nuevo para ésta tu Pascua, que se perpetúa ya en lo profundo de mi Corazón Inmaculado, mi amado hijo menor entre los hijos predilectos".
 
02 de mayo de 1985    p.585
   “Caminad por la senda que os he trazado, sin dejaros apoderar por la desconfianza y el desaliento. Ésta es la asechanza más peligrosa con que hoy mi Adversario trata de frenar la fuerza de mi ejército victorioso. Os hace sentir el peso de las dificultades, acentúa la sensación de incomprensión y de marginación. No os detengáis frente a estas asechanzas que Satanás os tiende, porque tiene miedo de mi ejército, que me he formado en todas las partes del mundo, con los pequeños que han escuchado mi invitación a consagrarse a mi Corazón Inmaculado. Responded con la mayor confianza y con vuestro filial abandono en Mí. Ofrecedme, con simplicidad de niños, todo lo que os sucede; gozos y dolores; pruebas interiores y padecimientos físicos; las numerosas heridas de vuestra alma, y todo lo que, de cualquier modo, es fuente de sufrimiento para vosotros. Responded con la oración que debéis intensificar y hacer incesante.




1986     REINA DE LA PAZ

01 de enero de 1986    p.606
   Yo soy la Reina de la Paz. Si vivís en la gracia de Dios, vivís en la paz del corazón. El egoísmo, el odio, la impureza, cualquier pecado os priva de la paz del corazón. Pero la paz está cada día más amenazada. Los hombres caminan por la senda de un vasto y obstinado rechazo de Dios. Convertíos y tornad al Señor por la vía de la oración y de la penitencia, de la mortificación de los sentidos y del ayuno. El espacio de tiempo que Dios ha concedido a la humanidad para su conversión está casi agotado. Difundidlo por doquier y contribuiréis a preparar para todos, días, no de infortunio y aflicción, sino de esperanza y de paz.
 
08 de mayo de 1986    p.615
   Sed vosotros mis manos, que distribuyen copiosas gracias a todos los que se encuentran en cualquier necesidad. En estos tiempos quiero manifestarme por medio de vosotros. Sed vosotros mi Corazón que se abre para dar su amor maternal. Amad con los mismos latidos de mi Corazón Inmaculado. Os habéis consagrado a Mí para que Yo pueda formaros en la perfección del amor. Sed delicados y sensibles. Amad a los alejados y a los ateos; amad incluso a los que os persiguen y os rechazan. Sed vosotros los instrumentos de mi misericordia. Hoy la humanidad está gravemente enferma, porque se ha hecho incapaz de amar. Ha llegado ya al fondo de su extrema miseria.
 
07 de junio de 1986    p.617
   Graves peligros de males os amenazan. Son ante todo males de orden espiritual, que pueden dañar la vida sobrenatural de vuestras almas. El pecado se extiende como la peor y más perniciosa de las epidemias. Si vivís habitualmente en pecado mortal, estáis espiritualmente muertos; y si llegáis al término de vuestra existencia en ese estado, os aguarda la muerte eterna en el infierno. Hay males de orden físico; como accidentes, sequías, terremotos, males incurables. Hay males de orden social; como la división y el odio, el hambre y la pobreza, la explotación y la esclavitud, la violencia, el terrorismo y la guerra. Es el reino que se opone a Cristo, el reino del Anticristo. En el último período de vuestro siglo su reino llegará a la cumbre de su fuerza, de su poder, de su gran seducción. ¿Cómo podréis evitar la dispersión y el abatimiento y permanecer fuertes en la fe y fieles sólo a Jesús y al Evangelio? Mi Corazón Inmaculado será vuestra defensa fortísima, el escudo de protección, que os salvará a todos de los ataques de mi Adversario. Deseo que mi Corazón se muestre como el Áncora de Salvación para todos.
 
04 de julio de 1986    p.619
   Vuestro amor ha sido un dulce bálsamo en mis heridas. Mirad a mi Corazón; entrad en mi Corazón; vivid siempre en mi Corazón, y vendrá sobre vosotros un espíritu de alegría y de consuelo. Veo las dificultades en que vivís; el agobiante dolor de estos vuestros días. Veo de cuánta tristeza está, tal vez, marcada vuestra vida. Veo también los momentos en que el desaliento y el desconsuelo os oprimen. Mirad a mi Corazón Inmaculado y, dentro de vosotros, como manantial que surge a borbotones, manará un espíritu de alegría y consolación. ¿Por qué estáis tristes? Yo estoy junto a vosotros en todo momento; no os dejo nunca. Dentro de la Iglesia, cuántas mentes se han oscurecido por los errores, cuántas inteligencias se han contagiado por el error, que conduce a muchos a perderse y a alejarse del camino de la verdadera fe. Si miráis a mi Corazón Inmaculado y dejáis que penetre en vosotros el rayo de mi Luz, vuestras mentes obtendrán, el don de la Divina Sabiduría.  Alimento cotidiano de vuestra mente será sólo la Palabra de Dios. Amadla, buscadla, custodiadla, defendedla, vividla. Así, mientras la gran apostasía se difunde, caminaréis en la alegría y la consolación de permanecer siempre en la Verdad del Evangelio. En vosotros no hay grandes pecados, puesto que procuráis no cometerlos ya; son sombras, que oscurecen la belleza de vuestras almas. Caminad conducidos por Mí para que seáis más puros, más buenos, más caritativos, más santos, más bellos. ¿No acabáis de entender que estos son los años de la dolorosa purificación, que está a punto de llegar a su término más sangriento? Por ahora no comprendéis, pero más adelante comprenderéis y el Nuevo Pentecostés está a la puerta. Mirad a esta humanidad reseca. En el silencio de vuestras vidas a Mí consagradas y por Mí inmoladas, ha comenzado ya el triunfo de mi Corazón Inmaculado. Bendigo vuestras vidas: son preciosas para Mí. Soy la Madre de la Esperanza.
 
30 de julio de 1986    p.625
   Éstos son los años dolorosos de la prueba. Ésta os ha sido ya preanunciada por Mí de tantos modos y con muchas señales. Pero, ¿quién me cree?, ¿quién me escucha?, ¿quién se empeña de verdad en cambiar de vida? Entrad en el refugio, que la Madre celestial os ha preparado para vuestra salvación para que podáis pasar a salvo en mi Corazón Inmaculado los días terribles de la gran tempestad, que ya ha llegado. Éste es el momento de refugiaros todos en Mí, porque Yo soy el Arca de la Nueva Alianza. En los tiempos de Noé, inmediatamente antes del diluvio, entraban en el Arca aquellos que el Señor destinaba a sobrevivir a su terrible castigo. En vuestros tiempos Yo invito a todos mis hijos a entrar en el Arca de la nueva alianza. No miréis a otra parte. Sucede hoy como en el tiempo del diluvio y nadie piensa en lo que os espera. Todos están muy ocupados en pensar solamente en sí mismos, en los propios intereses terrenales, en el placer, en satisfacer de todos los modos sus pasiones desordenadas. ¡Incluso en la Iglesia, qué pocos son los que se preocupan de mis llamadas maternales tan dolorosas! Aquí estaréis en paz y podréis convertiros en señales de mi paz y mi maternal consolación para todos mis pobres hijos.
 
07 de octubre de 1986    p.644
   Soy vuestra Capitana, que os guía en la terrible batalla contra Satanás y todos los Espíritus del Mal. Por esto os quiero revelar tres insidias de la estrategia particular, utilizada por mi Adversario en esta gran lucha. –La primera es difundir la certeza de haber logrado ya conquistar todo el mundo, de haber instaurado en él su reino y de ejercer en él pleno dominio. Su gran conquista es la humanidad actual, que se ha rebelado contra Dios y repite su soberbio grito de desafío: ¡No serviré al Señor! Medio muy peligroso, usado en estos tiempos por Satanás, es dar la impresión de que ya no hay nada que hacer, de que hoy no se puede cambiar nada, de que es inútil ahora cualquier esfuerzo para conducir de nuevo a la humanidad por la senda del retorno a Dios y el bien. –La segunda es la de haber logrado poner a la Iglesia en estado de grave dificultad, sacudiéndola desde sus fundamentos con el viento de la contestación, de la división, de la infidelidad y de la apostasía. Muchos se desaniman al ver qué numerosos son hoy los Pastores que se dejan engañar por su acción astuta y peligrosa. –La tercera es la de lograr difundir en todas partes, a través de todos los medios de comunicación social, sus obras malévolas de destrucción y de muerte. Así las divisiones se multiplican, la impureza es exaltada, la corrupción se extiende, la violencia se difunde cada vez más, el odio crece y las guerras se extienden amenazadoras. El Rosario sea para todos el arma poderosa que debe usarse en estos tiempos. El Rosario os lleva a la Paz. Con esta plegaria vosotros podéis obtener del Señor la gran Gracia del cambio de los corazones, de la conversión de las almas, del retorno de toda la humanidad a Dios por la vía del arrepentimiento, del amor, de la gracia divina y de la santidad. Entonces no digáis nunca: “Pero si siempre y en todas partes todo sigue como antes. ¡Nunca cambia nada!” No es verdad, hijos míos predilectos. Todos los días, en el silencio y en lo oculto, la Madre Celestial libra su batalla contra el Adversario y obra, por medio de señales y de manifestaciones tan extraordinarias, para cambiar el corazón del mundo.



1987     LA AURORA QUE SURGE

03 de julio de 1987    p.686
   ¿Por qué ha querido mi Papa consagrarme este año, declarándolo un año mariano extraordinario? Porque mis tiempos han llegado. Desde este año, de una manera fuerte y oficial los tiempos de vuestra Madre Celestial comenzarán. Éstos son los tiempos de mi fuerte llamada. ¡Vuelve, oh humanidad alejada y pervertida. Vuelve al camino de la conversión y del encuentro con tu Señor de la salvación! Debéis proclamar y difundir este mensaje mío, materno, ansioso, y urgente: “Volved de inmediato al Dios de la salvación y de la Paz, los días están contados”. La copa de la Divina Justicia está colmada. La iniquidad cubre toda la tierra; la Iglesia está oscurecida. Llevad, entonces, a todos mis hijos al refugio de mi Corazón Inmaculado: llamadlos, tomadlos de la mano; no os olvidéis de ninguno. ¿Por qué no queréis secundar mi Voz que os suplica que vayáis a todas partes a recoger a los más débiles, a los más pequeños, a los más frágiles, a los dolientes, a los más alejados y perdidos? Todo volverá a florecer. Veréis finalmente una nueva tierra y unos nuevos cielos.
 
13 de agosto de 1987    p.696
   El Papa, Juan Pablo II, es el mayor don que mi Corazón ha obtenido del Corazón de Jesús para estos tiempos de la dolorosa purificación. Es mi Papa. Él forma parte importante de mi designio. Yo misma le conduzco por todos los caminos del mundo. Él me sigue con la docilidad de un niño, con la valentía de un apóstol, con el sacrificio de un mártir, con el abandono de un hijo. Este Papa es la obra maestra de mi predilección. ¡Cuántos peligros le circundan; qué fuertes son las asechanzas que mi Adversario le tiende en su camino!
 
13 de octubre de 1987    p.712
   Hace setenta años que mi Adversario Satanás subió del abismo para manifestarse entre vosotros, como el Dragón rojo con toda su terrible potencia. –Os ha hecho esclavos del orgullo y de la soberbia; Ha empujado a la humanidad a construir una nueva civilización sin Dios. –Os ha hecho esclavos del placer y de la impureza; el sexo, la diversión, el dinero, el bienestar. –Os ha hecho esclavos del egoísmo y de la avaricia; al conduciros a la desesperada búsqueda de la propia afirmación.  Ha conseguido transformar el mundo en una nueva Babilonia perversa, ha seducido a todas las naciones de la tierra.  Yo pondré fin a vuestra esclavitud. El milagro del sol, que aconteció durante mi última aparición en Fátima, sólo fue un signo profético para indicaros que todos miréis al Libro que todavía está sellado. Hoy Yo soy enviada por Dios para abrir este Libro, para que os sean revelados sus secretos.
 
31 de diciembre de 1987    p.718
   Con mi voz materna os guío a todos para que comprendáis los signos de la gran tribulación. En los Evangelios, en las cartas de los Apóstoles, en el Libro del Apocalipsis os han sido claramente descritos indicios seguros para haceros comprender cuál es el período de la gran tribulación. –Ante todo una gran apostasía, que ha llevado a muchos a alejarse de la Verdad del Evangelio para seguir las fábulas de las nueva teorías teológicas. –Luego, en vuestro tiempo, se multiplican los trastornos de orden natural, como terremotos, sequías, inundaciones, epidemias y males incurables. –Además vuestros días están marcados por continuos rumores de guerras. –Finalmente, en vuestro tiempo acontecen grandes signos en el cielo; el sol, la luna y las estrellas. Cuántas veces, durante mis actuales apariciones, vosotros mismos habéis podido contemplar grandes prodigios. Estos grandes signos que se realizan en vuestro tiempo os dicen que ya ha llegado a vosotros la gran tribulación.



1988     ILUMINAD LA TIERRA

18 de septiembre de 1988    p.758
  En este día os pido me consagréis todo el tiempo que aún os separa del final de vuestro siglo. Es un período de diez años. Son diez años muy importantes. Son diez años decisivos. En este período de diez años, se cumplirá la plenitud del tiempo que os fue señalado por Mí, comenzando desde La Salette hasta mis últimas y actuales apariciones. En este período de diez años, llegará a su culmen la purificación que desde hace ya muchos años estáis viviendo, y por esto los sufrimientos se harán mayores para todos. En este período de diez años, se cumplirá el tiempo de la gran tribulación, que os ha sido profetizada por la Sagrada Escritura, antes de la segunda venida de Jesús. En este período de diez años, se manifestará el misterio de iniquidad, preparado por la difusión cada vez mayor de la gran apostasía. En este período de diez años, se realizarán todos los secretos que he revelado a algunos de mis hijos, y se cumplirán todos los acontecimientos que os han sido predichos por Mí.
 
08 de diciembre de 1988    p.767
   La profunda razón de vuestra esperanza y de vuestra consolación está en mi belleza. Porque “toda hermosa, tota pulchra, soy”. Vivís bajo el signo de una gran esclavitud, que arranca de vosotros el reflejo de toda belleza espiritual. Una densa tiniebla ha descendido ya, y todo lo oscurece. Vivís el tiempo de la gran tribulación y aumentan para todos las pruebas y los sufrimientos. Los malos continúan con obstinación por el camino del mal y del pecado sin hacer caso de mis repetidas invitaciones a la conversión y al retorno al Señor. Los buenos se han vuelto tibios y como paralizados por el malsano ambiente en que viven. Los sacerdotes languidecen, muchos son malos e infieles. El Señor me ha dado la misión de conduciros a todos por el camino del bien, de la salvación y de la paz. Hoy os invito a todos a volver vuestros ojos a Mí, vuestra Madre Inmaculada, como seguro signo de esperanza y de consolación, y a dejaros envolver por mi Luz, en estos días de profundas tinieblas y universal oscuridad, para que, conducidos y guiados por Mí, podáis ir a todas partes a iluminar la tierra.



 
   Alegría        p.619
   Apóstoles      p.552
   Arca           p.625
   Ayuno          p.580
   Conduciros     p.572
   Convertíos     p.537
   Desaliento     p.585
   Diez           p.758
   Don            p.524
   Esclavitud     p.712
   Fe             p.545
   Libro          p.519
   Males          p.617
   Mensajes       p.555
   Oficial        p.686
   Palabra        p.560
   Papa           p.696
   Pasión         p.584
   Paz            p.606
   Pulchra        p.767
   Pureza         p.576
   Revelado       p.562
   Rosario        p.644
   Sensibles      p.615
   Sí             p.531
   Signos         p.521
   Silencio       p.543
   Tribulación    p.718



 
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