GUARDIANES DE MARÍA
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LIBRO AZUL     ( 4ª Edición Latinoamericana_2000 )







- Mensajes de la Santísima Virgen María -       Parte 1      2  3       JPG_GM

 


1973     EL MOVIMIENTO HA NACIDO YA

29 julio 1973    p.86

   Permanece siempre en mi Corazón, y en todo momento encontrarás la paz. ¡No te preocupes por lo que debas hacer! Todo el que se ha consagrado a Mí me pertenece totalmente. Te tomaré Yo misma de la mano y haremos juntos todo; como niños haciéndome donación de todo y renunciando al apego a cualquier cosa, aunque sea bella, honesta, aunque sea virtuosa, pero que no sea Yo misma. Les haré entender cómo deberán despegarse de todo y vivir sólo para mi Jesús, cómo deberán defenderlo de todo ataque, amarlo sin reservas en el cumplimiento a la letra del Evangelio. Los prepararé para cosas grandes y los haré invencibles en las batallas decisivas. Tendrán señales seguras de mi ternura de Madre.

20 octubre 1973    p.100
   Con el acto de Consagración a Mí, tú has puesto en mis manos toda tu vida; ahora ella me pertenece, es mía. Yo he tomado posesión de ella y ahora, poco a poco, voy transformándola según mi voluntad. Te daré un nuevo modo de ver las cosas; las verás con mis mismos ojos. Todo lo que es del mundo no te podrá interesar, es más, dejará en ti como una pena profunda. Dirás de estas cosas; ¡qué vanas son, qué inútiles! Te daré también un nuevo modo de sentir; sentirás según mi Corazón. Entonces tu capacidad de amar y de sufrir se potenciará enormemente, porque sentirás, hijo, como siente el Corazón de tu Madre. Y te daré también un nuevo modo de pensar; pensarás según el Corazón de Jesús y mi Corazón maternal, viendo cada cosa en Dios y desde Dios, según el espíritu de Sabiduría. Te daré la Sabiduría del corazón.
 
01 noviembre 1973    p.104
   Hoy más que nunca “el que me hallare, habrá encontrado la vida y recibirá del Señor la salvación”. Mi adversario solo esto teme, y hará todos los esfuerzos para alejarme aún más del corazón de mis fieles, para tenerme aún más oscurecida en la Iglesia. A mis fieles les pido; que se consagren de manera especial a mi Corazón Inmaculado, no cuidándose de formalidades externas o jurídicas, sino sólo de darse totalmente a Mí. Recen cada día el Santo Rosario para que se apresure mi gran retorno. Sirvan de buen ejemplo a todos por su pureza, por su sobriedad, por su modestia. Huyan de todos aquellos lugares donde se profana el carácter sagrado de su persona.

01 diciembre 1973    p.109
   Trastornos, angustias y tribulaciones irán en aumento, de día en día, porque la humanidad, redimida por mi Hijo, se aleja más de Dios, y cada vez quebranta más su Ley. El espíritu de rebeldía contra Dios ha seducido a la humanidad; el ateísmo ha entrado en muchas almas y ha apagado toda luz de fe y de amor. Éste es el Dragón rojo, del que se habla en la Biblia. ¡Leedla hijos, porque éstos son los tiempos de su actuación! También entre mis sacerdotes cuántos son los que no creen ya. Se preparan momentos de grandes e indecibles tribulaciones; si los hombres lo supieran, quizás se arrepentirían. Pero, ¿quién ha escuchado mis mensajes? ¿quién ha captado el sentido de mis lágrimas, de mis maternales invitaciones? Casi ninguno, pocas y desconocidas almas. Abandonad las cosas vanas y superfluas. Éstos son momentos de emergencia; es preciso que viváis sólo Conmigo, en Mí, por Mí.



1974     CENÁCULOS DE VIDA CONMIGO

17 enero 1974    p.119

   No es necesario que sean reuniones numerosas, aún con dos o tres puede ser suficiente. Estos encuentros deben formar verdaderos y propios Cenáculos. Todo sea sencillo, espontáneo, silencioso, fraterno. ¿Por qué los quiero reunidos en Cenáculos? Para estar Conmigo; para que Yo misma los pueda nutrir y formar. Para orar sobre todo Conmigo; cuando oran unidos entre sí y Conmigo ¡qué eficacia tiene su oración! Porque entonces Yo misma soy la que en ellos cumplo mi misión materna de interceder ante Dios por todos mis hijos. El Rosario es el arma que doy a estos hijos míos para combatir en las próximas grandes batallas que les esperan. Para amarse y vivir en verdadera fraternidad; es necesario hoy que se conozcan, se ayuden, se amen de verdad, sean como hermanos reunidos por la Madre. ¡Hay demasiada soledad, no los quiero solos! Para esperar los momentos decisivos; que cada vez se aproximan más. Muchos Sacerdotes desconcertados y casi vencidos por la tempestad, seguirán vuestro ejemplo y volverán al camino de la salvación. Por ahora preparaos Conmigo en la espera.
 
27 marzo 1974    p.129
   Aunque no me veáis Yo estoy no sólo espiritualmente, sino verdaderamente presente, y os daré señales seguras de mi presencia. Cada uno la sentirá y su vida será suavemente transformada y su alma será dulcemente tocada por mi caricia de Madre. ¡Qué alegría y consuelo procuras a la Madre, hijo! Tráeme a todos estos hijos míos predilectos, acógelos en mi milicia, deposítalos a todos en mi Corazón materno.
 
18 abril 1974    p.131
   Por tanto, vuélvete cada vez más disponible en mis manos, déjate guiar completamente por Mí que tengo grandes designios sobre ti. Ahora te debes liberar de cualquier otro compromiso para dedicarte sólo a mi Movimiento. Yo estaré contigo, no temas, y como Madre te proveeré de todo; de casa, de vestido, de alimentación, como sólo la Madre lo sabe hacer. Te conduciré al vacío absoluto de todo apoyo humano y al más total abandono, para que puedas finalmente aprender a hacer lo que más me agrada y que siempre te pido; entrégate sólo a Mí, déjate siempre guiar por Mí, espéralo todo sólo de Mí, pídemelo todo a Mí.
 
30 julio 1974    p.141
   Continúa, hijo, en tu vida de abandono sencillo y filial hacia Mí. Vive siempre con la mayor confianza en mi acción de Madre. A los que deben ayudarte Yo misma, poco a poco, los desprenderé de todo. ¡Entrégate cada vez más a Mí, déjate conducir por Mí, verás como la Madre en tu lugar sabrá hacer bien cada cosa!
 
30 noviembre 1974    p.148
   Una sola es la señal que Dios da al mundo y a la Iglesia de Hoy; Yo misma. Yo sola soy anunciada como la gran señal en el cielo; la Mujer vestida del Sol, con la luna como alfombra a sus pies y doce estrellas, cual luminosa corona, alrededor de su cabeza. Ya está predicha mi victoria sobre el Dragón rojo.

 
 
1975     PERMANECED EN LA ALEGRÍA

15 de febrero de 1975    p.160
   Hijo mío amadísimo, ¿por qué te turbas? ¿por qué a veces pierdes la paz? Cuanto te ha sucedido en estos días ha sido dispuesto por Mí misma para que verdaderamente puedas despegarte de todo. Incluso de aquellas personas que son particularmente amadas por Mí y por mi Hijo Jesús. Tú eres tan pequeño que sin darte cuenta acabas por apoyarte en ellas, dependiendo de ellas. Y tu apego se hace tanto más fuerte cuanto estas almas están más próximas a Mí. Tú no tienes necesidad más que de su oración y de su sufrimiento; y Yo se lo pido a ellas por ti y por mi Movimiento. Tú correspóndeles con tu oración y con tu gran amor de hermano. Eso basta. El resto no viene de Mí; el resto es para ti vano y superfluo: una verdadera pérdida de tiempo.  Hijos míos predilectos, desprendeos verdaderamente de todo. Mirad: no son vuestros defectos, vuestras caídas, vuestras grandes limitaciones lo que os impide ser totalmente míos y disponibles para mi gran designio. ¡Oh, no! Al contrario; éstas son un gran don para vosotros, porque os ayudan a sentiros y a permanecer pequeños. Os dan la medida de vuestra pequeñez. Son vuestros apegos el único obstáculo que os impide ser del todo míos. ¡Cuántos lazos tenéis aún, hijos!: a vosotros mismos, a las personas incluso buenas, santas, a vuestra actividad, a vuestras ideas, a vuestros sentimientos. Y uno a uno los romperé para que seáis sólo míos. Cada día que pasa Yo os liberaré de estos lazos y os haré cada vez más libres, pequeños, confiados y abandonados a Mí, hasta que seáis completamente míos y mi Corazón Inmaculado sea verdaderamente y de hecho vuestro único bien. Entonces podré actuar en vosotros y llevar a cabo mi Obra de Madre, que es la de hacer de cada uno copia viviente de mi Hijo Jesús. Por lo tanto, entregaos a Mí sin miedo: cada dolor que sintáis por un nuevo desprendimiento será compensado por Mí con un nuevo don de amor. Cada vez que os desprendáis de una criatura sentiréis a la Madre más cercana a vosotros. Dejadme a Mí la alegría de haceros crecer, hijitos míos.
 
25 de abril de 1975    p.164
   Refúgiate ahora en mi Corazón Inmaculado: aquí te quiero para darte fuerzas y preservarte en el momento de la terrible prueba. Hay entre vosotros quien piensa aún en el propio pasado, vuelve a sentir el dolor de tantas heridas que Yo he curado, y es como un freno que le impide darse completamente a Mí. Vosotros, hijitos míos, por vosotros mismos no podríais jamás superar lo que os espera: por esto os quiero encerrar en mi Corazón Inmaculado. Yo misma seré así vuestra seguridad y vuestra defensa. Después de una gran revolución y la purificación de la tierra, mi Corazón Inmaculado cantará victoria en el más grande triunfo de Dios.

 
07 de junio de 1975    p165
   ¿No has comprendido todavía que quiero hacer de ti la personificación de la ternura de mi Corazón Inmaculado? Cualquiera que te mire, te escuche, pase por tu lado, debe poder sentir que llega a su alma una ráfaga de este perfume sobrenatural, de la ternura que el Corazón de Madre siente hacia todos sus hijos. Por eso te quiero verdaderamente despegado de todos. No busques otras voces ni otros apoyos. Mi Corazón Inmaculado será tu único consuelo y sólo de este Corazón te vendrá todo aliento. Esta Obra es sólo mía y ninguno la tocará, porque de ella estoy celosa con el mismo celo de Dios. Mas ni siquiera por un instante debéis sentiros solos y sin Mí. Hijos consagrados a mi Corazón Inmaculado, soy vuestra Madre, que hoy os hace el don de su habitual presencia al lado de cada uno de vosotros.

 
24 de octubre de 1975    p.183
   Cuántas veces te repito; tendrás sufrimientos e incomprensiones, nunca obstáculos. Mis Ángeles han iniciado ya la batalla; a mis órdenes están reuniendo de todas las partes del mundo a estos hijos míos. Muchos se sienten tan pequeños e indignos; reconocen tantas pasadas infidelidades y debilidades y están como perplejos para dar este paso. El sí que ellos me dicen hace estremecer de alegría mi corazón. Si Yo no he pedido ninguna estructura jurídica para mi Movimiento se debe a una determinada voluntad mía de que se propague en el silencio y en lo oculto. La segunda arma que debéis usar, después de la confianza y el abandono en Mí, es vuestra oración y vuestro silencio.  Silencio Interior: dejad que en vosotros sea la Madre quien hable. No escucharéis otras voces u otras palabras; tendréis hambre y sed sólo de la Suya, y así seréis formados en la escuela de la Palabra de Dios.  Silencio Exterior: dejad que sea la Madre la que hable a través de vosotros.  Algunos de vosotros creen que también para mi Movimiento es necesario hacer, escribir, actuar. Hablad siempre con la vida. La vida sea vuestra palabra: entonces seré Yo misma la que hablaré en vosotros y por vosotros. Así será el Espíritu el que hablará en vosotros; y, por medio de vosotros, el Espíritu renovará enteramente este mundo.
 
30 de octubre de 1975    p.184
   Ha llegado el tiempo en que en la Iglesia Yo misma me manifestaré con señales cada vez mayores. Las lágrimas de una madre logran conmover hasta los corazones más duros. Ahora, mis lágrimas, incluso de sangre, dejan completamente indiferentes a tantos hijos míos. Mis Mensajes, que se multiplicarán con tanta mayor frecuencia, cuanto más la voz de mis Ministros se cierre al anuncio de la verdad. Ahora el Maligno, mi adversario desde el principio, está seduciendo a un gran número de Sacerdotes y actúa entre ellos y los reúne para formar un ejército contra mi Hijo, contra Mí misma y mi Iglesia. Los llamo a todos a Consagrarse a mi Corazón Inmaculado y a refugiarse en Mí. Por eso os pido ahora sólo aquellas cosas que, a vuestro modo humano de ver, parecen pequeñas e insignificantes. Al orgulloso ejército de los soberbios que se rebelan contra Dios, Yo responderé con el ejército de mis hijos pequeños, humildes, despreciados y perseguidos. Y, por medio de vosotros, la victoria será al final de la humilde “Sierva del Señor”.




1976     DEBÉIS SER PEQUEÑOS

13 de mayo de 1976    p.210
   Ahora estáis viviendo los momentos en que el Dragón rojo, a saber, el ateísmo marxista, se ha propagado por todo el mundo y hace estragos cada vez mayores entre las almas. Logra verdaderamente seducir y precipitar un tercio de las estrellas del cielo. Estas estrellas, en el firmamento de la Iglesia, son los Pastores; sois vosotros, pobres hijos míos Sacerdotes.  Ésta es, pues, la hora de recurrir al gran remedio, que el Padre os ofrece, para resistir a las seducciones del Maligno y para oponeros a la verdadera apostasía que cada vez se extiende más entre mis pobres hijos.  ¡Consagraos a mi Corazón Inmaculado!  A quien se consagra a mi Corazón, vuelvo a prometerle la Salvación: la salvación del error en este mundo y la salvación eterna. La obtendréis por mi especial intervención de Madre. Así impediré que podáis caer en las seducciones de Satanás. Seréis protegidos y defendidos por Mí misma; seréis consolados y robustecidos por Mí. Ésta es la hora en que todo Sacerdote, que quiera mantenerse fiel, debe atender mi llamada. Es como una vacuna que, a título de buena Madre, os doy para preservaros de la epidemia del ateísmo que contamina a tantos hijos míos y los conduce a la verdadera muerte del espíritu.
 
20 de noviembre de 1976    p.232
   Hoy se hace cada vez más necesario y urgente difundir en el mundo la dulce invitación de vuestra Madre. El hielo del egoísmo y de la soberbia va en aumento constantemente. ¿Dónde se encuentra hoy día un lugar sin pecado? Son las personas consagradas, las que a veces, pierden el sentido del pecado. Algunos de ellos en el pensamiento, en las palabras y en la vida, sacrílegamente se dejan conducir por Satanás. Y después de las caídas logra apagar en vosotros las voces del remordimiento, que son un verdadero don del Espíritu Santo, que os apremian a la conversión.  ¡Qué numerosos son hoy mis pobres hijos que pasan años sin confesarse! Se pudren en el pecado y se consumen en la impureza. Así es como Satanás ahora se halla acampado entre los ministros del Santuario y ha hecho entrar la abominación de la desolación en el Templo Santo de Dios. Satanás os zarandea como se hace con el trigo. ¡Cuánta paja será desparramada pronto por el viento de la persecución!

 
 
1977     EN TODAS LAS PARTES DEL MUNDO

15 de enero de 1977    p.243
   Satanás quiere herir a la misma Jerarquía en el vínculo de la caridad y de su unidad. ¿Cuántos son ya hoy los Pastores que no se aman y no se ayudan entre sí? Muchos se critican y con frecuencia se obstaculizan, buscando solamente llegar más aprisa a lo más alto. Por eso son cada vez más numerosos los que, seducidos por la confusión general, son víctimas del error y se alejan de mi Hijo Jesús y de la verdad del Evangelio. Así su luz se apaga y los fieles caminan en la oscuridad. ¿Cuántos de mis hijos Sacerdotes han dejado ya de orar? Están cada vez más absorbidos por la acción, el trajín, y no encuentran un momento libre para la oración. ¡Pobre Iglesia mía!  Pero esta grave enfermedad que padeces, la aparente victoria de mi Adversario sobre ti, no es, sin embargo, tu muerte, sino para la mayor glorificación de Dios.  Yo misma -cuando llegue la hora te curaré. Por medio de tu nueva vida, resplandecerá en todo el mundo el triunfo del Corazón de Jesús y de mi Corazón Inmaculado.
 
08 de abril de 1977    p.253
   Aquí os quiero enseñar a amar. No hay amor más grande que el de aquel que da la vida por los que ama. Mirad a mi Hijo Jesús que muere en la Cruz por vosotros. Muere porque da la vida. Da su vida por amor.  No rehuyáis la prueba; no mendiguéis consuelos humanos. Encontraréis siempre el Corazón de la Madre, que os ayudará a decir sí a la voluntad del Padre.  La palabra de mi Hijo se hace silencio en estos últimos momentos. Ahora habla con la vida.  Guardad silencio dentro de vosotros para poder escuchar sólo, su divina Palabra. Guardad silencio también a vuestro alrededor: no contestando a las críticas ni a las calumnias de quien no os quiere. No respondáis a los escarnios o a las ofensas de quien os persigue. Hablaréis con la vida.
 
08 de julio de 1977    p.260
   Debéis resistir a las asechanzas de mi Adversario, que en estos tiempos, más que nunca, se ha desatado contra vosotros. Os quiere llevar a la desconfianza y al desánimo. Hasta os quiere hacer dudar de que sois mis elegidos. Para llevaros a la parálisis del espíritu y haceros así inofensivos, lanza contra vosotros toda clase de tentaciones.  Vosotros sois mis lirios y por eso os atormenta con imágenes, fantasías y tentaciones impuras. ¡Estad tranquilos, tened confianza!  De todas las astucias que Satanás emplee para enredaros saldréis más puros, más hermosos, más rejuvenecidos. Y el sufrimiento que experimentáis, Yo misma lo transformo en arma invencible.  Vosotros sois mis rosas. Os engaña, en verdad, presentando a vuestro corazón criaturas a las que poco a poco intenta ataros. Con frecuencia os presenta a personas buenas, aún virtuosas y hasta dotadas de dones extraordinarios, que, sin embargo, pueden ser un obstáculo.  Basta el más leve apego a cualquier criatura para que vuestro acto de amor no sea ya como mi Corazón Inmaculado lo desea. Todos tenéis necesidad de Mí para avanzar por el camino del amor perfecto.  Satanás os tienta haciendo que os sintáis adultos, seguros, induciéndoos a poner la razón de vuestra seguridad en vosotros mismos, en vuestras ideas, en vuestras propias acciones. Y puesto que la confianza y el abandono son cualidades de los pequeños, os tienta por eso cada vez más con la duda y la desconfianza de mi acción materna en vuestras almas.  Él trata de convenceros de que sois vosotros los que hacéis, los que debéis organizar y obrar y de quienes únicamente depende todo. Y así vosotros actuáis cada vez más, y no me dejáis hacer a Mí misma. Entonces no os puedo conducir porque de este modo ya no sois capaces de ser dóciles.  Si no permanecéis pequeños, de esta manera, mis proyectos no podrán realizarse.
 
29 de octubre de 1977    p.276
   Veis, por ejemplo, cómo hermanos vuestros, culturalmente preparados y a veces peritos y maestros en ciencias teológicas, rechazan lo que os digo porque filtran a través de su mente, pletórica de cultura, cada una de mis palabras. Así encuentran dificultades insuperables, aun en aquellas frases que, para los sencillos y pequeños, aparecen tan evidentes.  Mi palabra sólo puede ser comprendida y aceptada por quien tiene una mente humilde y dispuesta, un corazón sencillo y unos ojos limpios y puros. Cuando la madre habla a sus hijos, ellos la escuchan porque la aman, hacen cuanto les dice y, así, crecen en el conocimiento y en la vida.  No pueden considerarse hijos suyos los que la critican aún antes de escucharla.

 
 
1978     VUESTRA PÚBLICA MISIÓN

21 de enero de 1978    p.288
   Ayudadme, oh hijos. La Madre tiene necesidad ahora de vuestra ayuda. ¿No os dais cuenta de cómo os llamo, os reúno, os imploro por todas partes? Os imploro con señales cada vez más numerosas, cada vez más llamativas: mis lágrimas, mis apariciones, mis mensajes. No puedo sostener ya por más tiempo este mundo que se precipita hacia el fondo del abismo. Y éste es su mayor castigo, porque si llega a tocar fondo, el mundo se autodestruirá. Se destruirá y consumirá, por el fuego del egoísmo desenfrenado, por el odio que enfrentará a unos contra otros.  Con vuestras pequeñas manos dad fuerza a las manos misericordiosas de vuestra Madre celestial. Por ello os pido que respondáis todos a mi angustioso llamamiento.  Cuanto más necesaria sea para vosotros mi intervención extraordinaria, os pediré cosas cada vez mayores.
 
11 de febrero de 1978    p.292
   Éstos son los momentos en los que llevo a cabo los mayores prodigios en lo escondido y en el silencio. Mis mayores milagros los realizo en el corazón y en el alma de mis hijos predilectos. Sin que vosotros mismos ni cualquier otro se percate de ello, os conduzco a una gran santidad.  Llegaréis a ser grandes en el amor, en la virtud, en el sacrificio, en el heroísmo. Así estaréis preparados para la realización de mis designios.  El Santo Rosario es el arma poderosa que habréis de usar en la terrible batalla que estáis llamados a combatir contra Satanás y su ejército del mal.  Ofrecedme también vuestros sufrimientos.  Los interiores, que tanto os humillan porque provienen de la experiencia de vuestras limitaciones, de vuestros defectos, de vuestros innumerables apegos.  Los sufrimientos exteriores, que con frecuencia os procura mi Adversario, mientras se desencadena con rabia y furor, principalmente contra vosotros, porque prevé que vais a ser mis instrumentos para su derrota definitiva.  A unos atormenta con todo género de tentaciones, a otros con la duda y la desconfianza; a algunos con la aridez y el cansancio; a otros con la crítica y la burla; a otros incluso con las más graves calumnias.  Responded solamente así: ofreciéndome el dolor que experimentáis y teniendo confianza, confianza, confianza en vuestra Madre Celeste.  Si siempre he estado junto a vosotros, ahora, en estos momentos, lo estoy de manera especial con toda la ternura de mi amor de Madre.  ¡No temáis! Os lo repito: sois mis hijos y Satanás no os tocará. Estáis en mi jardín y nadie os podrá arrancar de mi Corazón Inmaculado.  Por esto, hoy, con solicitud os pido sólo docilidad, oración y sufrimiento.




1979     LOS SIGNOS DE LA PURIFICACIÓN

28 de enero de 1979    p.324
   El Reino glorioso de Cristo será precedido por una gran tribulación, que servirá para purificar a la Iglesia y al mundo, y para conducirlos a su completa renovación.  Varios signos os indican que ha llegado para la Iglesia el tiempo de la purificación: el primero de ellos es la Confusión. La confusión se ha difundido en el interior de la Iglesia, donde se ha subvertido todo en el campo dogmático, en el litúrgico y en el disciplinar.  Hay verdades reveladas por mi Hijo, que son inmutables, como inmutable es la Verdad misma de Dios. Muchas de ellas forman parte de verdaderos y propios misterios, porque no son, ni podrán ser jamás comprendidos por la inteligencia humana. El hombre las debe acoger con humildad, a través de un acto de fe pura y de firme confianza en Dios.  Pero ahora se ha difundido la tendencia tan peligrosa de querer penetrarlo y comprenderlo todo. Se quiere desvelar el misterio mismo de Dios. Se tiende a replantear, en forma racionalista, toda la verdad revelada, con la ilusión de hacerla aceptable a todos. Y hoy la Iglesia está oscurecida por el humo de Satanás.  Por esto debéis vivir al pie de la letra el Evangelio de mi Hijo Jesús. Debéis ser sólo Evangelio vivido.
 
02 de febrero de 1979    p.326
   La Indisciplina, se difunde en la Iglesia y cosecha víctimas incluso entre sus mismos Pastores.  Éste es el segundo signo que os indica cómo para la Iglesia ha llegado el tiempo conclusivo de su purificación.  ¡Cuántos Sacerdotes hay que se dejan absorber por una actividad desordenada y que ya no oran!  Así estos pobres hijos míos acaban por vaciarse interiormente y no tienen ya luz y fuerza para resistir a las muchas insidias en medio de las cuales viven. Acaban, por esto, contaminados por el espíritu del mundo y aceptan su modo de vivir, comparten sus valores, participan en sus manifestaciones profanas, violan las normas de la Iglesia; como la obligación que tienen los Sacerdotes de llevar el hábito eclesiástico.  Dejaos llevar en mis brazos como mis niños más pequeños y Yo os haré perfectamente dóciles a la voluntad del Padre.
 
11 de febrero de 1979    p.329
   La Unidad, es la perfección del amor.  Hoy mi Corazón Inmaculado tiembla, está angustiado al ver a la Iglesia interiormente dividida. Esta división, que ha penetrado en el interior de la Iglesia, es el tercer signo que os indica con seguridad que para ella ha llegado el momento conclusivo de la dolorosa purificación.  La interior división se manifiesta entre los mismos fieles, que se enzarzan con frecuencia los unos contra los otros con la intención de defender y de anunciar mejor la verdad. Esta división interior lleva, a veces, a enfrentarse a Sacerdotes contra Sacerdotes, Obispos contra Obispos, Cardenales contra Cardenales.  ¡Oh Iglesia, místico cuerpo de mi Jesús, en tu doloroso camino hacia el Calvario has llegado a la undécima estación y te ves desgarrada y lacerada en tus miembros crucificados!
 
03 de marzo de 1979    p.331
   La cuarta señal, que os indica que ha llegado para la Iglesia el período culminante de su dolorosa purificación, es la Persecución.  Es perseguida por el mundo; los verdaderos enemigos de Dios, son aquellos que conscientemente se han levantado contra Dios para llevar a toda la humanidad a vivir sin Él, los que sin descanso persiguen a la Iglesia.  Pero en estos tiempos se somete con frecuencia a la Iglesia a una prueba mayor: se la persigue de manera solapada e indolora, sustrayéndole poco a poco el oxígeno que necesita para vivir. Se trata de llevarla al compromiso con el espíritu del mundo, que de este modo penetra en su interior y condiciona y paraliza su vitalidad. La colaboración se ha convertido a menudo en la forma más engañosa de la persecución: la ostentosa manifestación de respeto hacia Ella ha llegado a ser la manera más segura de herirla. Se ha logrado descubrir la nueva técnica de hacerla morir sin clamor y sin derramamiento de sangre.  La Iglesia es perseguida también en su interior.
 
14 de junio de 1979    p.341
   Jesús, como está en el Cielo, así también se halla en la tierra realmente presente en la Eucaristía: con su Cuerpo, su Sangre, su Alma, su Divinidad.  Hijos predilectos, desgraciadamente en estos tiempos las tinieblas han oscurecido también el Tabernáculo: en torno a él hay tanto vacío, tanta indiferencia, tanta negligencia. Cada día aumentan las dudas, las negaciones y los sacrilegios. El Corazón Eucarístico de Jesús es herido de nuevo por los suyos en su propia Casa, en el mismo lugar donde ha puesto su divina morada entre vosotros.  La Confesión es necesaria a quien se halla en pecado mortal.  Oponed un dique a la multiplicación de los sacrilegios. Yo misma, a través de vosotros, hijos predilectos, quiero colocar como una guardia de amor en torno a todos los tabernáculos de la tierra.
 
07 de octubre de 1979    p.354
   El Rosario entero que recitáis en los Cenáculos secundando la urgente petición de vuestra Madre, es como una inmensa cadena de amor y de salvación con la que podéis rodear personas y situaciones, y hasta influir en todos los acontecimientos de vuestro tiempo. El Rosario es la oración que desde el Cielo Yo misma vine a pediros. Con ella lograréis descubrir las insidias de mi Adversario; os sustraéis a muchos de sus engaños; os defendéis de muchos peligros que os tiende; os preserva del mal y os acerca cada vez más a Mí para que pueda ser verdaderamente vuestra guía y protección.

 
 
1980     VUESTRA MADRE VICTORIOSA

22 de enero de 1980    p.369
   Los tiempos predichos por Mí han llegado y debéis depositar en Mí toda preocupación. Soy vuestra Madre Celeste y me encuentro al lado de cada uno de vosotros. Os protejo y os conduzco. Os refugio y os defiendo. No os preocupéis de la suerte que os espera, porque todo ha sido ya dispuesto en mi Corazón materno. ¿Cómo podré detener aún la mano de la Justicia divina si cada día es más grande la perversión a que llega la humanidad, caminando por la senda de su obstinada rebelión a Dios?  Hijos predilectos, acoged todos mi urgente invitación porque mi Corazón Inmaculado tiembla: está angustiado por la suerte que os espera.  Orad cada vez más.  Orad unidos a Mí con el rezo del Santo Rosario. Orad y haced penitencia para que se abrevie el tiempo de la prueba y el mayor número de mis hijos pueda salvarse eternamente. Orad para que los sufrimientos sirvan para convertir a todos los que se han alejado de Dios. Orad para que no dudéis jamás del amor del Padre, que es providente y siempre os está mirando, y usa del dolor como medio para sanarnos de la enfermedad, de la corrupción, de la infidelidad, de la rebeldía, de la impureza y del ateísmo. Os pido oración y penitencia para la conversión de los pecadores, para que mis hijos más rebeldes y alejados puedan también retornar a Dios.
 
14 de junio de 1980    p.384
   Ya he impreso mi señal en la frente de cada uno de vosotros. Mi Adversario ya no puede nada contra los que han sido marcados por la Madre Celestial. La estrella del Abismo perseguirá a mis hijos, por lo cual serán llamados a sufrimientos cada vez mayores. Será con su sacrificio de amor y de dolor como Yo podré obtener mi mayor victoria.  El Dragón rojo, para llegar a dominar la tierra, se ha lanzado a perseguir ante todo a la Mujer vestida del Sol. Y de su boca, la serpiente, ha arrojado en pos de la Mujer, un río de aguas para sumergirla y apartarla del camino. ¿Qué es este río de aguas sino el conjunto de esas nuevas teorías teológicas con las que se intenta hacer descender a vuestra Madre Celestial del lugar en que ha sido colocada por la Santísima Trinidad?  Para huir de este gran río de aguas se le dieron a la Mujer las “alas de la gran águila”, y así Ella ha podido encontrar su lugar en el desierto. ¿Qué es el desierto sino un lugar escondido, silencioso, apartado y árido? Es el alma y el corazón de todos aquellos que se han consagrado a mi Corazón Inmaculado. Así cada día, hago florecer su desierto en mi jardín, donde Yo puedo todavía realizar plenamente mi Obra y donde la Santísima Trinidad puede recibir gloria perfecta.  Hijos, dejaos transformar por mi poderosa acción de Madre, Medianera de todas las gracias y corredentora. No temáis, porque en el desierto de vuestro corazón Yo he buscado mi refugio y he puesto mi habitual morada. Habéis entrado a formar parte de mi propiedad.
 
16 de julio de 1980    p.390
   Yo soy la Medianera de las gracias. La Gracia es la misma vida de Dios que se comunica a vosotros. Ella nace del seno del Padre y os es merecida por el Verbo, convirtiéndose así en el único mediador entre Dios y la humanidad entera.  Como un rayo de luz, al atravesar un ventanal, toma de él forma, color y diseño, así la gracia divina, merecida por Jesús, sólo puede llegar a vosotros a través de Él, y por esta razón reproduce en vosotros su mismo diseño, su misma imagen y os configura cada vez más a su misma Persona.  A través de la gracia, el Padre se comunica más y más a vosotros, el Hijo os asimila, el Espíritu Santo os transforma. Siendo verdadera Madre de Jesús y vuestra, mi mediación se ejerce entre vosotros y mi Hijo Jesús. En mi seno virginal se realizó mi primera obra de mediación. Mi misión es distribuirla a todos mis hijos, según las necesidades particulares de cada uno, que la Madre conoce muy bien. Pero sólo puedo ejercerla plenamente en aquellos hijos que se confían a Mí con perfecto abandono. Yo soy el camino que os conduce a Jesús. Soy el camino más seguro, más breve, el camino necesario para cada uno de vosotros. Si rehusáis ir por este camino, corréis el peligro de perderos en el trayecto. Nunca como en estos tiempos, muchos hijos míos corren el riesgo de no poder llegar a Él. Con frecuencia el Jesús que encuentran es sólo el resultado de sus humanas investigaciones, y responde únicamente a sus aspiraciones y deseos; es un Jesús hecho a su medida; no es Jesús, el Cristo, el Verdadero Hijo de Dios y de vuestra Madre Inmaculada.
 
14 de noviembre de 1980    p.405
   Cuanto aquí has vivido, pequeño hijo mío, es para ti un signo de que esta es mi hora, y de que la Celeste Capitana ha reunido ya su ejército de todas las partes del mundo. Éste es el tiempo en que el Evangelio de la Salvación debe ser anunciado a todos los pueblos de la Tierra. Y el Evangelio debe ser predicado a todas las criaturas, tal como Jesús lo ha enseñado. El Evangelio debe ser hoy conservado a la letra. El Evangelio debe ser hoy vivido a la letra. El Evangelio debe ser hoy predicado a la letra. La fuerza de la evangelización está en su fidelidad y en su autenticidad. No es cuestión solamente de adaptar el mensaje de Cristo a las varias culturas, sino de llevar todas las culturas a Cristo. Por esto quiero comunicar a todos vosotros el entusiasmo por el Evangelio.



1981     LUZ Y GLORIA DEL SEÑOR

01 de enero de 1981    p.412
   No habrá paz mientras la humanidad persista en seguir por el camino del rechazo de Dios y de la rebelión a su ley. Al contrario, aumentarán el egoísmo y la violencia, y se sucederán guerras cada vez más crueles y sangrientas. Se podrá llegar a la posibilidad de una tercera guerra mundial, muchas veces prevista, que tendrá la terrible capacidad de destruir una gran parte de la humanidad, si los hombres no se proponen, con toda seriedad, volver a Dios.  Multiplicad por doquier los Cenáculos de oración para forzar a la Misericordia de Dios a descender, como rocío, sobre el inmenso erial (terreno) de este mundo. Y preparaos a ver lo que ojos humanos no han visto jamás.
 
04 de marzo de 1981    p.416
   En estos tiempos, la Madre Celeste os pide obras de penitencia y de conversión. La oración vaya siempre acompañada de interior y fecunda mortificación. Mortificad vuestros sentidos para que podáis ejercitar el dominio sobre vosotros mismos y sobre vuestras pasiones desordenadas. Los ojos sean verdaderos espejos del alma: abrirlos para recibir y para dar la luz del bien y de la gracia. Que la lengua se suelte para decir palabras de bondad, de amor y de verdad. Que la mente se abra sólo a pensamientos de paz y de misericordia, de comprensión y de salvación. Que el corazón se cierre con firmeza a todo apego desordenado a vosotros mismos, a las criaturas y al mundo en que vivís, para que pueda abrirse a la plenitud del amor a Dios y al prójimo.  Ésta es la penitencia que os pido, hijos predilectos; ésta es la mortificación que debéis hacer para que podáis disponeros a la misión que os espera, y evitar las peligrosas asechanzas que mi Adversario os tiende.



1982     SOY LA MADRE DE LA CONSOLACIÓN

13 de mayo de 1982    p.450
   Con mi primer hijo predilecto, el Papa Juan Pablo II, que hoy delante de mi Imagen, en el mismo lugar donde me aparecí, ha venido en peregrinación de amor y de oración, os quiero a todos espiritualmente unidos, recogidos en torno a vuestra Celeste Capitana.  Mirad al Papa: da ejemplo de oración. Rezad, con frecuencia, la oración del Santo Rosario, que también aquí vine a pediros. Si no se consigue aún resolver los más graves problemas para la Iglesia y para el mundo, a pesar de todos los medios humanos puestos en práctica, es señal de que debéis poner ya ahora toda vuestra confianza en la fuerza de la oración.  Mirad al Papa: da ejemplo de fidelidad. Estad todos unidos con Él para testimoniar la vida de mi Hijo Jesús y en el anuncio fiel de la verdad del Evangelio. Sed vosotros un fuerte eco de su Palabra que debe ser siempre escuchada, difundida y seguida. Mientras esta luz permanezca encendida, caminad todos detrás de la segura estela de tan gran esplendor, porque pronto las tinieblas podrán hacerse más densas sobre el mundo y en la Iglesia.  Mirad al Papa: da ejemplo de fortaleza. Avanza, por doquier, sin miedo, con la fuerza de su gran amor de Pastor Universal. No teme críticas, ni obstáculos; no se detiene ante las amenazas y ni ante los atentados. Conducido y defendido por Mí, recorre la vía que le he trazado, como un niño confiado que se deja llevar siempre en brazos. Y así sube a diario su doloroso Calvario, llevando una gran Cruz para el bien y la salvación de todos. Cuanto ahora está viviendo, le fue ya predicho por Mí. Tened confianza y esperanza. Tened valor y paciencia.
 
13 de octubre de 1982    p.461
   En el proceloso mar en que estáis navegando, corred todos a mi Corazón Inmaculado.  Descendí del Cielo para daros esta áncora de salvación. En este mundo, que se ha vuelto peor que en los tiempos del diluvio, corréis verdaderamente peligro de perderos; en esta vida, corréis el peligro de perderos eternamente. Cuántas almas, en efecto, caen a diario en el Infierno porque no se ha acogido todavía la invitación que os hice, precisamente aquí, para retornar a Dios por el camino de la oración, de la penitencia y de la interior conversión.  Para estos tiempos, os he preparado el seguro refugio donde debéis cobijaros para ser confortados y salvados.  Este refugio es mi Corazón Inmaculado.  Yo soy la Aurora que precede al día. Mi luz, que se difunde en la noche que aún envuelve al mundo, sois vosotros, los Consagrados a mi Corazón Inmaculado, que os habéis entregado completamente a Mí para escucharme y seguirme. Creced en la oración, en la humildad, en el sufrimiento y en la confianza.  Pronto vendrá el gran día del Señor, preparado por tanto dolor y por tantas lágrimas, por tanto amor y tanta esperanza, por tanta oración y por un sinfín de sufrimientos.



1983     ABRID DE PAR EN PAR LAS PUERTAS A CRISTO

29 de junio de 1983    p.491
   La táctica de mi Adversario es la del odio y la división; a dondequiera que va, con su acción solapada y maligna, consigue llevar la ruptura, la incomprensión, el antagonismo. Los errores que se difunden en la Iglesia y oscurecen la fe, son hoy vuestra corona de espinas. El odio del mundo, la incomprensión y hasta la marginación de la que estáis rodeados son los clavos que os traspasan, se os llama a subir Conmigo al Calvario sobre el que vais a ser inmolados para la salvación del mundo. El Espíritu Santo os transformará en llamas ardientes de celo por la gloria de Dios, y testigos valientes de Jesús en estos tiempos, que se han hecho tan perversos. La lucha entre vuestra Madre Celeste y su Adversario ha entrado ya en su fase decisiva. Por esto, el mundo se ha convertido en un desierto árido y frío. Ha llegado, pues, el tiempo de combatir con valentía, apóstoles de estos últimos tiempos, a las órdenes de Vuestra Capitana Celeste. Orad, amad, haced penitencia. Caminad por la senda de la humildad, de la pequeñez, del desprecio del mundo y de vosotros mismos. Por medio del triunfo de mi Corazón Inmaculado vendrá a vosotros el Reino glorioso de Jesús. Finalmente se renovará la faz de la tierra.
 
15 de septiembre de 1983    p.502
   Mirad, hijos predilectos, a vuestra Madre Dolorosa al pie de la Cruz sobre la que Jesús está suspendido. Desde aquel momento éste es mi puesto: estar junto a la cruz de cada hijo mío. Estoy junto a la Cruz, que llevan hoy los Obispos que permanecen fieles, mientras aumenta el número de aquellos que quieren andar su propio camino. Preparan otra Iglesia, que provocará una vez más el escándalo de una dolorosa división. Estoy junto a la Cruz de las Almas Consagradas, que quieren vivir con fidelidad su consagración, oponiéndose al espíritu del mundo, que con valentía y generosidad, han acogido mi invitación. En medio de tantas dificultades, esperan y tienen confianza en Mí; en medio de grandes pruebas, oran con fe y perseverancia; entre innumerables sufrimientos, ofrecen con espíritu de reparación lo que el Señor dispone en su existencia.
 
07 de octubre de 1983    p.506
   Tenéis necesidad de usar un arma segura e invencible. La oración tiene una fuerza poderosa y suscita en el bien, reacciones en cadena más potentes que las mismas reacciones atómicas. La oración que yo amo con predilección es la del Santo Rosario. ¿Por qué el Santo Rosario es tan eficaz? Porque es una oración sencilla, humilde y os formo espiritualmente en la pequeñez, en la mansedumbre, en la simplicidad del corazón. Es una oración que hacéis juntos Conmigo. Cuando me invitáis a rogar por vosotros, escucho vuestra petición, y asocio mi voz a la vuestra, acompaño vuestra oración con la mía. Por esto resulta cada vez más eficaz, porque vuestra Madre Celeste es la omnipotencia suplicante. Cuando Yo pido algo, siempre lo obtengo, porque Jesús jamás puede negar nada que le pida su Madre. Es una oración que une las voces de la Iglesia y de la humanidad porque se hace en nombre de todos, nunca sólo a título personal. Vuestra Madre Celeste os pide hoy usar el Santo Rosario como el arma más eficaz para combatir la gran batalla a las órdenes de la “Mujer vestida del Sol”. Secundad mi invitación: multiplicad vuestros Cenáculos de oración y fraternidad; consagraos a mi Corazón Inmaculado; recitad con frecuencia el Santo Rosario. Entonces el poderoso Dragón rojo será totalmente atado por esta cadena; se reducirá cada vez más su margen de actuación; y por último se volverá impotente e inofensivo.
 
08 de diciembre de 1983    p.511
   Soy la Inmaculada Concepción. Os quiero revestir de mi misma belleza. Lo que ofende vuestra belleza interior es sólo el pecado. El pecado es consecuencia de aquel desorden original. Todos habéis nacido bajo el peso de esta gravosa y mala herencia. Habéis sido liberados de ella en el momento de vuestro Bautismo, pero han permanecido en vosotros sus consecuencias, que os hacen tan frágiles. Lo primero que debéis hacer es reconocer el pecado como un mal. Debéis recurrir a la medicina, que la misericordia de Jesús os ha preparado: el sacramento de la reconciliación. Y os invito, hijos míos, a confesaros frecuentemente, a ser posible cada semana.



 
   Abandono       p.131
   Águila         p.384
   Apego          p.86
   Cadena         p.506
   Celosa         p.165
   Cenáculos      p.119
   Confusión      p.324
   Consagración   p.100
   Cruz           p.502
   Desánimo       p.260
   Egoísmo        p.232
   Estrellas      p.210
   Eucaristía     p.341
   Evangelio      p.405

   Guerra         p.412
   Indisciplina   p.326
   Jurídicas      p.104
   Lágrimas       p.184
   Madre          p.141
   Medianera      p.390
   Medicina       p.511
   Mendiguéis     p.253
   Milicia        p.129
   Odio           p.491
   Papa           p.450
   Pasado         p.164
   Penitencia     p.369
   Persecución    p.331
   Refugio        p.461
   Romperé        p.160
   Rosario        p.354
   Sacerdotes     p.109
   Sentidos       p.416
   Señal          p.148
   Señales        p.288
   Silencio       p.183
   Sufrimientos   p.292
   Teológicas     p.276
   Trajín         p.243
   Unidad         p.329
 
 

 
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